domingo, 5 de octubre de 2008

Como lo dicta Borges

Tengo los pies heladisimos y un monton de lecturas que hacer para mañana (me robe una ñ y estoy muy feliz), voy a abrazarme fuerte de tu recuerdo para dormir calientita. Me levantare muy temprano para trabajar, hoy te ves perfecto, mejor cierro los ojos y te disfruto un poco mas. El conocerte me aseguro un lugar en la historia, por eso soy feliz. Contigo siempre me siento segura, por eso te beso con estos labios partidos de frio. Supongo que eso pasa siempre entre las personas que se quieren de verdad, a pesar de la distancia, de las canciones que no cantaron juntos, del tiempo que siempre se fuga. Es cierto, no tenemos nada asegurado, no sé si volveremos a vernos en diciembre, pero si solo me quedara tu silueta bailando por todo el departamento y tu sonrisa en la bolsa de mi abrigo -presa entre mis dedos, como un pedazo de carbon ardiendo para que no muera congelada porque aqui el invierno dura cinco meses-, con eso, solo con eso, tendria la fuerza suficiente para enfrentarme a esta nueva vida, sin tangos, sin Cortazar, sin ti, sin cerveza, sin guitarra, sin vino tinto. Esta nueva vida con los pasos de los Beatles por King Street, con luz por todo Downtown, con pisos de cristal a alturas impresionantes, con tus inalcanzables brazos lejos, en algun lugar del mundo, siempre abiertos por si necesito sentirme a salvo, como ayer, como siempre, para siempre...con tu voz a kilometros de distancia para no tener miedo, como lo dicta Borges en su epitafio, como me has enseñado tu. Con esta nueva vida, cada dia menos nueva y (espero) cada vez mas vida.