martes, 1 de abril de 2008

Treinta para los treinta

Comienza la cuenta regresiva: 30, 29, 28, 27, 26, 25…y se acaba mi propia década de los veintes. Hasta ahora advierto que la cuenta progresiva, la de los años, aunque pasó igual de rápido, me causó una incertidumbre mucho menor, esa arrogancia de la juventud más joven me hizo creer que todo estaba controlado y en orden.
No es que mi vida sea ahora un desastre, me gusta, incluso soy feliz muchas horas al día, pero hay cosas que no he podido poner en su lugar. Ahora que faltan sólo treinta días para mis treinta años me ha dado por pensar en lo que tengo, en lo que he ganado, lo que perdí, lo que no he podido tener, en fin, abrí las maletas del recuento y encontré: varios kilos de más, varias ilusiones de menos, mi corazón roto y reconstruido no recuerdo cuantas veces (pérdida total creo que dos), cientos de canciones nuevas, la voz rasposa de Sabina atravesando los años, los litros incontables de cerveza que me he bebido, esos tangos que tanto le gustan a mi papá, algunos libros entrañables, Rayuela varias veces, mucho tiempo perdido, un idioma nuevo, una ahijada, el miedo superado de aprender a manejar, la diversión del messenger, lágrimas, muchas, pero también muchos hombros para secarlas, amigas que son tan de mí como mi voz aguda, una maestría que no se acaba, una familia cobarde y una familia valiente, una hermana que no conozco y otras que dejé de conocer, un papá con el que nunca hablo y unos tíos que nunca han dejado de hablarme, bodas de amigos, buenos amigos, a las que no fui invitada, amantes de mis amantes a las que no superé, los labios delgados de un hombre aún más delgado, la venganza de un pianista, deseos de correr, de salir, de volar, ambiciones de ser única (lo suficiente para ser la única), una canción inspirada en mí, la cara borrosa de gente que se ha disuelto en una noche y me ha dicho justo lo que quería escuchar, una serenata, chistes malos que aún me hacen reír, su espalda que nunca fue mía, muchos errores, buenas películas, un par de traiciones, alguna genialidad, cascadas de colores que brotaban de sus manos, mis amigas otra vez, el mar desde la Habana, un título que dice “historiadora” escrito con desvelos, las ganas de esa propuesta que nunca llegó en serio, nombres que hoy recuerdo y que ya no me recuerdan, mis pies muertos de ansia por pisar alguna vez París, Buenos Aires, Nueva York y Toronto, los consejos que no seguí, los abrazos que tanto me sirvieron, las personas que se han ido, las que regresaron, las que se perdieron y, allí, al fondo, la incertidumbre, porqué no sé que clase de sonrisa tendrán los nuevos recuerdos…

5 comentarios:

dispersa dijo...

leerte me emociona, me despierta interes,tocas muchas fibras personales(ahora en este relato con la hermana q no conoces)..
sencillamente tu espacio tiene q ver con mi interior.

un abrazo

Mil veces debo dijo...

Esa!!! genial!
Nuestras cosas, son nuestras; buenas o malas, van formando parte de nuestra historia, primero chiquita y al fin muy grande. Creo que será ese el momento donde las recordaremos con alegría, tristeza, añoranza.. pero bien nuestras...
Mil cariños

Anónimo dijo...

quien lo creyera, 30. parecen muchos pero solo al principio, ya despues uno se acostumbra y hasta le agarras el gusto...es todo lo que te voy a decir, sin choros, sin sentimentalismos ni cursilerias porque luego dices que ya no soy el mismo y que la edad y que no se que....bueno, solo te voy a decir que los que te queremos, te queremos de verdad, y como no hacerlo si eres a toda madre, aunque a veces no te merezcamos, ahi estas... y eso, no cualquiera...un gran abrazo y un gran beso...marco

Mil veces debo dijo...

Hoy, para vos en mi Blog.
Mil cariños

Lilith dijo...

Hola. Encontre tu blog por casualidad. Me pusiste a pensar, ya que no hace mucho yo tambien entre a la decada de los "tas". . . quien diga que 10 años no son nada deberia leer tu post. Y por cierto, creo que no se trata de cuantos son, sino de como los viviste y lo que sacaste de ellos.
Un abrazo y Feliz Proximo Cumpleaños.